Matías Romero |
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Entre la jungla verde de follaje espeso
y casi al centro del terreno istmeño
hay un lugar auténtico y risueño
donde se funden en ardiente beso,
las alegres costumbres del sureño
y la luz refulgente del progreso.
La recias paralelas que le surcan
semejan fuerte cinturón de hierro
y entre el círculo gris forma su encierro
mil formas caprichosas que se juntan
cual se junta el confín atrás del cerro
al tiempo que las nubes se barruntan.
“Rincón Antonio” se llamó primero
y fue creciendo con prestancia airosa
y convirtióse en población hermosa
arrullada por maquinas de acero;
gigantes de una época gloriosa
y hoy su nombre es así ¡MATÍAS ROMERO!
Matías Romero... refulgente nombre
nombre inmortal de prócer Oaxaqueño
no hay un Nombre mejor para tu empeño
que el nombre colosal de ese gran hombre
que pudo con su estirpe de sureño
grabar la historia, que al futuro asombre.
En tu futuro azul ya no hay quimera
hay luz de porvenir; fuerte, grandioso;
yo te he de ver surgir como un coloso
que sea el orgullo de la patria entera,
y te voy a mirar ¡oh! pueblo hermoso
aunque muerto me encuentre, donde quiera.
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Si la muerte matarme lejos quiere
ha de matar nomás a mi persona
que si el cielo la gracia me condona
quiero muerto escuchar “Dios nunca muere”
y la gracia inmortal de “La Llorona”,
y el lúgubre plañir del “Miserere”.
Adoro la quietud de tus lunadas,
adoro tus autóctonas bellezas
que son como cortejo de princesas
con flores naturales adornadas,
que al son de la marimba bailan ésas;
melódicas y lánguidas tonadas.
Y al mirarlas bailar la “Tortuguita”
o “La Petrona” o “La Sandunga” bellas
iluminan la noche las estrellas
y la luna se pone más bonita
y se limpia el ambiente de querellas
en la fresca enramada de “Cañita”.
Benditas tardes sosegadas, gratas;
que han llenado mi alma de poesía
cuando en el vésper triste me dormía
en el vaivén de plácidas hamacas
vistiéndome de azul melancolía
al escuchar lejanas serenatas.
Por todas esas cosas yo te quiero;
eres mi hogar, mi luz, mi Patria y casa
porque eres el orgullo de mi raza;
y si no fueses así... ¡yo te venero!
y en estos versos de cultura escasa
yo te quiero cantar ¡MATÍAS ROMERO!
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