Mario Carrillo, hijo del compositor oaxaqueño Álvaro Carrillo, dió a conocer la historia del tema "Sabor a mi", gracias al recuerdo de su tía Guadalupe Incháustegui Guzmán, hermana de su madre:
“Fue en diciembre de ese año, 1957, cuando en la cena de Navidad, ya estando comprometidos, mi padre tomaba whisky y entre trago y trago le depositaba un beso a mi mamá. Mi madre, como casi toda mujer, le empezó a reclamar que estaba tomando mucho, sugiriendo que dejara de hacerlo. Pero mi padre hacía “mutis” para servirse otro whisky y así, sorbo tras sorbo y beso tras beso, los reclamos se hicieron rutina. En una de esas, cuenta mi tía, que mi mamá le dijo a Álvaro Carrillo que de tanto beso ya la estaba emborrachando, que ella sin tomar nada ya tenía en la boca el sabor a whisky. Mi padre, tras una breve pausa, reviró y le dijo: “lo que tienes en la boca no es sabor a whisky es… sabor a mí”. Ambos, cómplices de la poesía, entendieron en ese momento que la frase suscitada de ese reclamo era una sentencia poética que debería convertirse en canción. Mi madre la anotó como tarea para mi padre y, rompiendo su sobriedad, tomó un trago del vaso de mi papá y brindaron por el que sería, probablemente, el éxito más grande que Álvaro Carrillo haya compuesto”.
Letra:
Tanto tiempo disfrutamos, de éste amor
nuestra almas se acercaron, tanto así
que yo guardo tu sabor
pero tú llevas también… sabor a mí
Si negaras mi presencia en tu vivir
bastaría con abrazarte y conversar
tanta vida yo te di
que por fuerza llevas ya… sabor a mí
No pretendo ser tu dueño
no soy nada yo no tengo vanidad
de mi vida, doy lo bueno
yo tan pobre, qué otra cosa puedo dar
Pasarán más de mil años, muchos más
yo no sé si tenga amor la eternidad
pero allá tal como aquí
en la boca llevarás… sabor a mí